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Recital "Cántico Espiritual" de San Juan de la Cruz


El pasado sábado 6 de marzo, a las 19 h. en una tarde en que soplaba el cierzo como acostumbra a hacerlo en esta ciudad, la Asociación Literaria Rey Fernando realizó un homenaje a Santa Micaela, fundadora de las Adoratrices, justo en la Comunidad de dichas Adoratrices, sita en el barrio del Actur (C/Adolfo Aznar, 32).

Santa Micaela, que procedía de una familia aristocrática de Madrid y recibió una impecable educación, decidió dedicar su vida a la caridad y a Dios. Fue beatificada por Pio XI en 1925 y sus reliquias son veneradas en la capilla de su Comunidad en Valencia.

Para empezar el acto, la Superiora del Centro hizo una breve presentación y seguidamente, hubo una magnífica intervención musical de Elena Olmos con su vihuela.

Las poetisas Carmen Aliaga y Rosa Carrillo junto con el rapsoda Luis Trébol, colaborador habitual de esta Asociación, recitaron fragmentos del Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz, intercalado con frases de la Santa, acompañadas por la música del pianista Jonathan Ignacio Sánchez, totalmente acorde con las palabras que iban resonando.

Dado que el Cántico Espiritual tiene forma de representación escénica y un carácter teatral, la puesta en escena fue importante y cuidada, representando la poetisa Carmen Aliaga el papel de alma que dialoga con el esposo, caracterizado, en este caso, por Luis Trébol, intentando ambos transmitir toda esa tensión vital y espiritual de esta obra dramática que va más allá de un momento de plenitud amorosa pues es la descripción del proceso místico hacia el encuentro de la persona humana con Dios y en cuyos fragmentos encontramos una nueva forma de literatura que confronta el mundo celestial con el terrestre, pudiendo decirse que es, en parte, una recreación del Cantar de los Cantares de Salomón.

Después, hubo una lectura de textos de Santa Micaela con un fondo de imágenes, maravillosamente elegidas por Chema Sanz (poeta y miembro de la Asociación siempre dispuesto a preparar los montajes audiovisuales) sobre la Santa y las Sedes que la Congregación tiene a lo largo y ancho del mundo.

Para terminar, los dedos sobre el piano de Jonathan contribuyeron a dejar a los asistentes en un ambiente de paz, misticismo y sosiego tan necesario en estos tiempos de prisas e incredulidades.

A continuación la Superiora procedió al cierre del acto invitándonos a todos los allí congregados a tomar un vino y unas pastas para marcharnos “con el alma y el cuerpo alimentados”.

Queremos agradecer de corazón a todas las hermanas su ayuda y amabilidad y al público no sólo su asistencia sino la buena acogida y la atención que nos prestaron en el recital de un tipo de poesía que no suele prodigarse actualmente, pero a la que debemos nuestro respeto y por la que algunos sienten su total admiración.

Queda también aquí por escrito el agradecimiento a Jonathan Sánchez y a Elena Olmos que con sus instrumentos y sus dotes para hacerlos sonar enriquecieron nuestras voces y los versos declamados.


Carmen Aliaga


Santa María Micaela (Madre Sacramento)


Santa María Micaela, faro de esperanza
para las mujeres marginadas.
Camino de luz, aurora de nueva vida,
que sembraste un futuro de bonanza
en las jóvenes desamparadas.


Santa María Micaela, madre del buen amor,
que bordaste con obras maravillosas
el mensaje divino de nuestro Dios.


Paloma de libertad, en tiempos difíciles
para las mujeres abandonadas, y que tú,
Madre Sacramento, lucero incandescente,
acogiste en tu seno, dando tu vida con piedad.


Santa María Micaela, de las Adoratrices
guía, en la senda de la santidad, entrega
de adoración en la capilla del alma,
en el sagrario del mundo, de ayer, hoy y mañana.


Santa María Micaela, faro de esperanza,
Madre Sacramento, abrazo de dicha
que con ternura cobijaste a las mujeres
despreciadas por los hombres injustos.


Adoratríz, de ternura desmedida, que enseñaste
el buen camino, y la justicia de nuestro Dios,
de nuestro Padre, y Señor, madre desprendida,
Madre Sacramento, luminaria incandescente,
hermana, hija, madre sin fronteras de la adoración.


Amparo Sanz Abenia


Llevaba casi un año preparando con gran ilusión, con la madre superiora de las adoratrices del Actur Mª Pilar Uribarri, un recital especial, donde poder invitar a todos los vecinos del barrio, a un acercamiento con ellas, costó tiempo, pero el día 6 de marzo era ya la fecha marcada.
Todo lo teníamos preparado, poetas, música, Cántico espiritual de San Juan de la Cruz, frases importantes y llenas de luz de Madre Sacramento, Santa Maria Micaela, y una gran y desbordada ilusión que me brotaba del alma.
Pero yo no pude acudir a ese encuentro poético tan deseado, ese 6 de marzo de 2010. Mi padre se me había muerto, se me había volado entre susurros y falta de oxigeno en el hospital, se le había apagado el último destello de vida, mientras yo le pedía a la santa, Santa Maria Micaela, que lo acompañara hacia la luz que conduce hasta Dios.
Gracias por tenerme presente queridos amigos, ese día tan triste para mi, gracias a Mª Pilar por leer con tanta dulzura el poema que le escribí a la santa, y tanta ilusión me hubiera gustado poder recitar.


Amparo Sanz Abenia


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