El 6 de junio de 2009, en la noche embrujada brilló intensa la luna con
sus rayos de plata; los poetas de la Asociación Literaria Rey Fernando
de Aragón se encargaron de que brillara con la luz de la poesía,
Ricardo Fernández, Amalia Soro, Rosa Carrillo, David Ubico, Luis Trébol
y Amparo Sanz recitaron un ramillete de versos que se evaporaron en el
aire de la noche bruja y lunada. Brilló la noche encendida de antorchas
con una ausencia lejana y oceánica; la ausencia de un gran amigo poeta
que habita en una gigante casa verde y encantadora llamada Galicia.
Allá vive el poeta Xulio López Valcárcel, pero éste gran poeta también brilló en la noche embrujada, sus poemas leídos por Jorge Amar, del Centro Gallego, nos hicieron presentirlo entre nosotros, y yo, especialmente lo sentí entre las llamas de la gran queimada que nos preparó Jorge, en esas llamas que ascendían inmaculadas como cipreses de Dios.
Sí te sentí amigo poeta Xulio, te sentí en la fragancia que me invadía por dentro, en el aroma del agua ardiente que se evaporaba entre gajos de limón y azúcar quemado, y nos hechizaba sin apenas darnos tiempo, del tiempo.
Estabas en el conjuro solemne que convoca a los espíritus de la noche, una noche de junio estrellada de sueños, y versos que se descolgaban del firmamento.
La guinda la puso la intervención de la compañía de teatro Luna Azul con sus excelentes actores; Merche interpretó de maravilla el personaje de la luna de Bodas de sangre de Federico García Lorca, y Raúl junto a Rosa y Merche nos hicieron reír con "El maniquí". La sorpresa nos la dió una pequeña brujita de ocho años llamada Sara que nos recito de memoria un par de poemas en el escenario, y también subió a recitar bajo la luna un señor del público.
La noche embrujada, nos envolvió en un halo mágico a todos los que allá no encontrábamos, nos bebimos el brebaje divino, fuego en la garganta, fuerza en el alma, y flotamos unos instantes todos bajo la luna que nos miraba atrevida, Alonso Cordel nos sorprendió con un poema en gallego, y animó con su elegancia el ambiente.
Tuvimos un técnico de sonido de lujo, nuestro querido amigo Jesús, esposo de Amalia, que nos hizo disfrutar escuchando música apropiada para la velada ¡qué noche embrujada, qué noche amigos poetas!
Gracias a todos por vuestra extraordinaria intervención y gracias por vuestra gran ayuda, y ójala que se pueda repetir al año que viene la noche embrujada.
El 9 de octubre, como preludio a los actos de las Fiestas del Pilar en el Actur, volvimos a repetir la experiencia de la "noche embrujada". Allí estuvimos casi los mísmos de siempre. Leímos nuestros poemas, disfrutamos con la actuación del grupo de teatro Luna Azul y libamos de una magnífica queimada, hecha por Jorge Amat bajo los auspicios de la noche y acompañada del "conxuro" (en gallego, por supuesto).
Hubo quien se "queimó" hasta seis veces. Yo la probé aunque los licores no me vayan mucho.
Recitaron: Chema, María, Cristina, Rosa, Amparo, Luis, Jorge y yo mísma. Tuvimos una espontánea jovencísima, sobrina de Carmen, que también participó.
Público y poetas (algunos disfrazados de brujos) lo pasamos bien y alrededor de la una de la noche nos dirigimos cada uno hacia nuestros aquelarres particulares. Tanto Ismael, Pedro como Chema trabajaron de lo lindo, sin olvidarnos de Jesús que mantuvo durante todo el acto la música, montada por él y aderezada de aullidos de lobo y risas de otras brujas.
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